De tránsitos y vivencias

«Un cuerpo, aunque no todos los estudiosos de la geografía lo crean, es un lugar». – Linda McDowell

A Rocío, por la inspiración y a Ali por el verde que te quiero verde.


Desde pequeña he sentido genuina curiosidad y he desarrollado el arte de la observación. Cabellos de distintos colores y texturas, ojos de profundidades disímiles, gestos, movimientos corporales, sonrisas, ceños fruncidos, formas de ordenar comida en un restaurante, preferencias musicales, presencia o ausencia de risa ante un chiste, decisiones tomadas o no, etcétera, etcétera. Mi abu decía: «cada cabeza es un mundo». Yo digo: «cada cuerpo es un universo».

Mente y corazón se han forjado con base en experiencias intransferibles en una geografía específica, forjando mapas íntimos cargados de simbolismos. Estos hacen a cada ser humano único e irrepetible, articulando a la humanidad con base en cercanías y distancias. Y es aquí donde yace el poder de la empatía y el amor: centrar nuestra energía en reconocernos como territorios autónomos, de distinta geografía y con cartografías particulares. Para ello, quiero compartir las siguientes coordenadas.

» El cuerpo humano es como una cartografía viviente, en él, hay marcas, símbolos y formas que dicen de nosotros. Los accesorios que llevamos, nuestra forma de vestir, las cicatrices que tenemos, cada parte de nuestro cuerpo, tienen una historia y una vivencia que contar, algún sentido por descifrar» . – Yela & Tangarife

Coordenada 1.

Nuestra vida es un largo camino. Navegamos día a día trazando rutas, definiendo estrategias, buscando destinos o alejándonos de lugares. Nos topamos, nos separamos y así de a poco construimos una cartografía personal, llena de signos cuyos significados son perceptibles -en muchos casos- solo en nuestro código. Cada unx con una cosmovisión que responde a procesos de aprendizaje, asimilación o rechazo; en ritmo y frecuencia propia, según nuestros estados físicos y mentales. En cuanto a los viajes, estos son cambiantes: nublados, llenos de luz, fugaces o parsimoniosos, turbulentos o tranquilos. En ocasiones estamos al mando y otras veces somos tripulantes. Nos movemos. Nuestra materia y esencia mutan. Buscamos darle sentido a nuestra existencia y es por esto que al mirarnos y mirar a otras personas debemos ser amorosxs, compasivxs: estamos transitando y el viaje -señoras y señores- es en sí nuestro mayor reto.

«La identidad personal nunca es una entidad, algo cerrado, se va tramando a partir de lo inacabado. El mundo en nosotros y fuera de nosotros sólo existe a través de significaciones que no dejamos de proyectar sobre él. La identidad no es una sustancia esencial sino relacional». – P. Alcaraz

Coordenada 2.

Escuché por ahí que las cicatrices son prueba irrefutable de la sanación de nuestras heridas. A lo largo del viaje, hay caminos empinados, obstáculos que nos parecen insuperables, golpes que nos pueden herir tan afuera en la piel como tan adentro en nuestra alma. Las pérdidas, los sinsabores, los malestares físicos y metafísicos son parte de nuestra ruta; sobrellevarlos es tarea ardua. Por eso es que quien nos trajo aquí -refiérase cada cual a su creencia de convicción- nos dotó de una caja cargada de herramientas para el recorrido. Nuestros talentos, motivaciones, sueños así como nuestra intuición e inclinaciones son esa voz interna a la cual debemos recurrir cada que nos sentimos extraviadxs. Esas personas especiales, estén ahora aquí o no, son pieza angular en nuestros mapas. Sus consejos, sus abrazos y apariciones en el momento justo son sin lugar a duda la brújula luminosa para encontrarnos.  

Algunos días te toca crear tu propio rayo de sol.

Coordenada 3.

Sacar provecho de zonas seguras, recovecos íntimos, vistas panorámicas y de las posibilidades de colorear nuestra vida son trucos para la travesía. Nuestro presente es esencial mas también lo es mirar de cuando en cuando hacia atrás para reconocer cúanto hemos caminado. Ojear para agarrar volados, adaptar estrategia e incluso efectuar cambio de rumbo. Ante los determinismos nos queda nuestra actitud. La forma en que enfrentamos el relieve o los fenómenos atmosféricos hacen sin duda una diferencia profunda en nuestro viaje. Jugar con los colores de nuestra paleta y hacer combinaciones. Decidir el tono y la intensidad de nuestras acciones y más aún de nuestras reacciones es una forma saludable de (bien)vivir. Y nos la merecemos. Trazar nuestra ruta, ubicar puntos de referencia y  construir -tanto íntimamente como en colectivo- transmisión de saberes son también indicaciones útiles.

«Son nuestros cuerpos los que encarnan nuestra vida, nuestra memoria y son los sentidos los que nos conectan con los territorios». – Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo

Cada cuerpo es un universo anclado en esta Tierra. Nuestros signos externos e internos -arrugas, cicatrices, pensamientos, decisiones, tonos de preferencia, ritmos, percepciones, sentimentos- son claves para comprender nuestra  historia de vida. Al hacerlo, estaremos dando pasos para -en tiempos de constante ruido e interferencia – amar hacia dentro y hacia afuera.

Lecturas sugeridas

Cartografía corporal

Cartografía del cuerpo

Mapas corporales que reflejan el lugar donde sentimos las emociones

Las geografías del cuerpo

Autor: paOlabadillavargas

Latinoamericana con mañas de antropóloga.

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