8×3 = trabajo, recreación, descanso

Por el Maestro, a 20 años de su partida física.

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles». – Bertolt Brecht

Escuchar y leer testimonios de choferes de bus me toca la fibra más profunda. Me siento completamente acongojada, como diría mi abu. Y es que el asunto de los derechos laborales debe ser premisa cotidiana. Los derechos labores constituyen el sustento de la estabilidad social. Entonces, ¿cómo es que pasamos a enfocarnos en una llamada «flexibilidad laboral» antes de resolver derechos laborales básicos como salario mínimo, protección social y sobretodo el respeto por la jornada de las 8 horas?

Leer en Universidad: 20 horas al volante, sin seguro, ni horas extra y con rebajos ilegales: las denuncias de choferes de bus.

En esta modernidad líquida frases como «colaboradores» «reajuste inteligente» «optimización» «amortización de puesto de trabajo» o «vamos a liberarle» son eufemismos, palabras decorativas para no ser malsonante. Lo que es más, cumplen con el objetivo de designificar categorías como trabajador y trabajadora, despido y precaridad laboral. Con estos nombres suaves, se esconde un campo de juego cargado de asimetrías; con condiciones disímiles entre los equipos y con una catastrófica goleada impositiva de condiciones sociales, políticas y económicas altamente riesgosas para nosotros y nosotras quienes poseemos – en este sistema patas’parriba- una fuerza de trabajo subvalorada.

En el marco de la discusión de un proyecto de ley para comprimir la jornada laboral -ojo no reducirla- , realmente me cuestiono ¿Hacia dónde camina este mundo del trabajo? Muchas personas podrán argumentar maravillas de este proyecto. Las posibilidades que encierra ¡Guau, trabajar 4 días y luego descansar 3! Menos presas. Más disfrute. Menos oficina. Más contribución a la preservación del planeta, al reducir nuestra huella de carbono. Qué es por mutuo acuerdo, dirán ¿Y? ¿Estamos todas y todos en condiciones de negociar este partido en igualdad? Yo no lo creo. El meollo del asunto no es ese.

El asunto es estructural y debo recurrir a esta palabra tan gastada. Sí, estructural. La evidencia apunta a un sistema malsanamente desigual, donde estas formas de «flexibilización» son máscaras para la informalidad, para la terciarización desregulada y desvinculante, para la fragmentación de hábitos saludables como dormir 8 horas y compartir otro tiempo con los nuestros-as y donde no nos reconocemos como trabajadores-as de la misma empresa, del mismo gremio, del mismo planeta.

Leer en Universidad: ¿De qué se trata realmente la reforma a las jornadas laborales planteada por el PLN?

El contexto actual se vuelve cada vez más liquído. Atinado el Bauman, debe estar analizándonos aún. Y con esta líquidez se vende y compra la idea de ser flexible, de mutar, de go with the flow. Yo a mis 40 años comulgo con el trabajar máximo 8 horas al día. Me encantaría trabajar solo 4 días, pero eso sí 8 horas. Ese no es el proyecto en cuestión. 12 horas al día más traslado implicaría casi 14 horas en el mejor de los casos con el tráfico en Tiquicia.

Es decir quedarían 10 horas. De esas 8 para dormir ¿Y yo cocino entonces en mis 3 días de descanso? ¿Estudio en mis 3 días libres? ¿Visito a mi familia en mis 3 días de ocio? ¿Hago mis mandados en esos días y aparte voy al super, al peluquero, paseo a los perros? A lo mejor hago aspaviento por esas 4 horas diarias más de trabajo, pero sí importan. ¡Claro! a lo mejor ya ni alcanza el salario con este IVA ni para el corte de cabello, ni para el super, ni mucho menos para el perro (Hoy pienso en gatos, ya que la marea me regaló dos).

¡SOMOS MÁS FUERTES JUNTOS, TRABAJADORES DEL MUNDO ÚNANSE! Ilustración: FES / Ole; Kawin Tadtiam

Apoyaré un proyecto de ley el cual disminuya la precaridad laboral de los choferes de autobús en Costa Rica, su explotación, incluso a nivel de esclavitud, con 19 horas de trabajo al día y usurpación de sus horas extras. Yo defenderé una propuesta para trabajar menos horas al día, tener más tiempo de almuerzo, sala de descanso y lugar de cuido de niños-as en los centros de trabajo. Trabajar por objetivos cuando la naturaleza del trabajo lo permita. Esto es bienestar. Esto es por lo que los sindicatos deben luchar. ¡Por supuesto!, en este momento la artillería se debe apuntar a lo más primitivo: salario mínimo, sanitarios en el lugar de trabajo, entrega de colillas de salario, la no violación a los Convenios 87 y 98 de la OIT sobre todo en el sector privado. Y es así porque caminamos hacia atrás.

Leer en Surcos: Análisis sociopolítico del deterioro de las condiciones laborales de la clase trabajadora a partir de la aplicación de la ley del combo fiscal y del crecimiento de la desigualdad en Costa Rica por ANEP

Un gran luchador social y laboral como es en espíritu e inspiración Mario Blanco Vado, mente luminaria del derecho laboral, es estandarte de esta lucha. La lucha por el respeto a la condición de persona trabajadora, al trabajo decente, a negociaciones justas. En tiempos grostescos para el sindicalismo, la unidad debe mover nuetras acciones cotidianas. Una unidad combativa, informada, ética y altamente ubicada. Los sindicatos como actores sociopolíticos debemos promover el estudio, la criticidad y ser propositivos ante las nuevas formas de trabajo.

Analizemos la llegada o no de la industria 4.0, pero en nuestro contexto tropicalizado; traduzcamos conceptos como gig work; leamos criticamente sobre la uberización del trabajo, sobre cadenas globales de suministros. Luego socializemos este conocimiento con las bases y vinculemoslo con el día a día. Propongamos alternativas más justas y finalmente levantemos nuestros recursos colectivos por derechos laborales en la praxis como haría el imprescindible Maestro Blanco Vado.

Si le interesa pensar sobre estos temas, le invito a leer otros mosaicos afines:

Elefantes y nuevos hábitus: trabajo y futuro Los matices del Pura Vida