Epifanía

Hoy fue un domingo intranquilo. Aún me queda la noche, pero con estas posibilidades aprendidas se que mañana me sentiré plena y feliz.

Hoy fue un domingo lleno de temores y en medio de la tristeza que hace rato no sentía, descubrí tres posibilidades. La primera que la culpa nunca debe decidir por mí. Qué si bien pienso en los demás y en sus necesidades, primero estoy yo. Y que esto es así porque la culpa me impide escucharme. Qué yo debo hacer lo mejor como ser humano, pero nunca sacrificar mi paz, lo cual no me hace egoísta solo cuidadosa. Si no se siente fluido, dejar ir.

Lo segundo que aprendí es que no soy como las demás personas. Soy única y resulta que dentro de este ser que soy convivo con una alta sensibilidad. Me aturden los ruidos fuertes, me agobian las imágenes crueles y me invade un dolor enorme la incertidumbre. Para algunos seré una persona «estresada» o «nada estable» mas me ha tomado años aceptarme así y mirar estos «defectos» que llama el mundo como atributos de mi personalidad, los cuales más bien he podido ir comprendiendo y sacando lo mejor de ellos para vivir aquí y ahora.

Lo tercero que aprendí es que aún cuando el consejo venga de buen corazón, he decidido mejor no darlo. Damos consejos con intención, pero cada unx es gestor de su vida y en ella mandan nuestras decisiones. Desde hoy escucharé con amor y elevaré luz por la situación de mi prójimo, pero consejos comprendí que en mi plano evolutivo son únicamente para mi camino.

Hoy fue un domingo intranquilo. Aún me queda la noche, pero con estas posibilidades aprendidas, sé que mañana me sentiré plena y feliz.

Termino este mosaico agradeciendo el leer y no preguntar más. Cada quien tome para su saco desde donde pueda y desee.